Carta a mi mejor amiga
Hola hermana de mi alma,
Hace 22 años, en el primer día de colegio, tuve la suerte de conocerte. Siempre que lo recuerdo me parece que hubiera sido ayer y creo que hubiera sido la escena perfecta de una película. Ambas teníamos 6 años, acabábamos de entrar al colegio y por cosas del destino nos sentamos una al lado de la otra. No recuerdo bien a quién se le cayó el lápiz o quién se lo pidió a quién –ya sabes que mi memoria y yo no somos muy buenas amigas–, pero recuerdo que desde ese día nos hicimos inseparables.
Es increíble como ha pasado tanto tiempo y nada entre nosotras ha cambiado. Seguimos siendo inseparables, pero eso ya lo sabes. La razón de esta carta no es para decirte cosas obvias, es para decirte cosas que sabes pero que no quiero olvides jamás.
Siempre fuiste un ejemplo para mí. Tú eras la de las buenas notas y yo la loca empedernida que solo quería salir a jugar. Tú siempre fuiste la artista, la gimnasta, la poeta, la cantante… la que podía estar frente al público sin olvidarse lo que tenía que decir o los pasos de baile. Siempre he admirado eso en ti –ambas sabemos que mi pánico escénico puede más que todo-.
Quiero que sepas que eres una persona brillante y no te lo digo solo porque seas mi alma gemela porque realmente lo eres. Eres de las personas que al entrar en una habitación haces que todos se volteen a verte. Tienes una capacidad increíble de atraer a la gente con tu buena vibra y a veces creo que no eres consciente de eso.
Eres una luchadora hermana. Haz pasado por tantas cosas en tu vida –que no enumeraré aquí porque tú y yo sabemos cuáles son-, que te has convertido en un ser humano extremadamente fuerte y valiente, a pesar de ser también extremadamente sensible. Sé que hay muchas cosas en este mundo que te afectan más que al resto, que te quitan energías, que te tiran para abajo, pero quiero que recuerdes que tú lo puedes todo, ya lo has demostrado más de una vez.
El destino ha querido que nuestros caminos se separen ya 3 veces: cuando te fuiste del cole, cuando te fuiste a Argentina y ahora que yo estoy en España. Y sin embargo, sé que nuestra mistad sigue intacta y cada día más fuerte, porque así somos, siempre hemos sido así. Siempre, a pesar del tiempo sin vernos o hablarnos, al reencontrarnos ha sido como si ni un solo día hubiera pasado.
¡Nos conocemos tanto! Sabemos cada detalle de nuestras vidas, de nuestros logros, nuestras caídas, nuestros enamoramientos, nuestros sufrimientos… Hemos estado siempre juntas para reír, llorar, abrazarnos y hacernos entrar en razón. Siempre, así existieran miles de kilómetros entre ambas, hemos sido el hombro de la otra, sin horarios y sin condiciones. Nos conocemos tanto que con una sola mirada sabemos lo que estamos pensando, podemos terminar las frases de la otra o saber exactamente qué nos gustaría comer o tomar.
Una vez me dijiste que yo era como un ángel para ti, pues tú eres ese ángel en mi vida. Un ángel que brilla de una manera espectacular y única. Un ángel luchador, amable, sonriente y fuerte. Un ángel que no se rinde jamás, ni conmigo ni con nadie y menos con la vida. Así que, por eso, quiero decirte hoy que a pesar que la vida tenga planes raros para nosotras, que nos haga sufrir, que nos ponga mil pruebas y trabas, yo creo en ti tanto como tú en mí –o sea, creo que eres capaz de todo en esta vida–. A veces el camino es difícil y debemos estar lejos, pero siempre estamos juntas, eso lo sabemos bien.
Hoy nos toca luchar separadas físicamente, pero recuerda que siempre que creas que no puedes más y que lo único que quieres es tirar la toalla, aquí me tienes, emocionándome por ti, enviándote las mejores vibras del universo, compartiendo tus sueños, sintiéndome orgullosa de cada uno de tus pasos –sean logros o fracasos-, porque sé que cada experiencia de vida te vuelve más increíble. Recuerda: hemos nacido para la grandeza y nadie ni nada va a hacer que creamos lo contrario.
Gracias por todos estos años y por ser una persona digna de admiración.
Tu amiga, por siempre y para siempre hasta que seamos viejitas arrugadas, pero eso sí, ¡siempre locas y siempre juntas!
Escrito por
Periodista en busca de aventuras. Amante de la vida, los dulces, la fotografía, las culturas, el hockey y el mundo digital.