El ridículo escándalo por un uniforme
Cuando se busca criticar a un equipo por lo que lleva puesto en vez de su desempeño deportivo.
Los seres humanos -esta vez no digo solo peruanos porque ha sucedido en muchos países- han mostrado en los últimos días un nivel de hipocresía y falsa moral que bordea los límites de lo ridículo.
El equipo femenino de ciclismo de Bogotá Humana se volvió el punto de críticas no por su desempeño en lo deportivo, sino por un uniforme que no tiene nada de malo -el cual, dicho sea de paso, viene utilizando hace 9 meses aproximadamente según declaraciones del presidente de la Liga de Ciclismo de Bogotá, Carlos Orlando Ferreira-.
Es una lástima que todo el enfoque hacia este equipo haya sido por un uniforme que no muestra absolutamente nada y que NO es "transparente" -como se dijo en un inicio- y no en los méritos o puestos en los que quedaron las participantes en el Giro della Toscana Femenino (Serika Mitchell Guluma Ortiz, puesto 19; Laura Camila Lozano Ramirez, puesto 41 y Luz Adriana Tovar, puesto 75).
Sin embargo, nada de esto ha interesado, lo único que ha importado es que este supuesto uniforme "transparente" va en contra de la moral y es indecente -incluso el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Brian Cookson, se pronunció y dijo que era "inaceptable"-. ¿Indecente? ¿Inaceptable? ¿En serio?
Ni siquiera se tomaron el trabajo de investigar o buscar otra foto que no sea la que apareció en los medios internacionales (la cual, dicho sea de paso, tiene un efecto visual que no corresponde al uniforme real -el cual está en la foto de arriba-). Por supuesto, eso es mucho esfuerzo para los seres humanos acostumbrados a creer en todo lo que aparece en los medios, a no pensar y a seguir al rebaño.
Yo diría que eso es más indecente y poco moral que llevar un uniforme con una parte color piel. Es indecente juzgar a un equipo e ignorar su esfuerzo y entrenamiento previo para llegar a una competencia internacional. Es falto de moral enfocarse en un atuendo en vez de sus logros y sus carreras.
A mí me parece falto de moral ser lo suficientemente hipócrita como para enfocar las energías en criticar un uniforme, pero hacerse de la vista gorda sobre los conflictos en el Medio Oriente o sobre la pobreza latinoamericana, la pedofilia -especialmente la de los curas- y las condenas a los asesinos, violadores y terroristas. Eso para mí es poco moral, hipócrita e indecente.
Tal vez sea momento para que empecemos a darnos cuenta de en dónde estamos enfocando nuestros recursos intelectuales -si es que los tenemos- y hagamos un cambio urgente de 180°. Tal vez sea momento para dejar de ser unos hipócritas.
Esto es solo una reflexión.
Escrito por
Periodista en busca de aventuras. Amante de la vida, los dulces, la fotografía, las culturas, el hockey y el mundo digital.